Olimpia, situada cerca de la ciudad de Pisa, en la región griega de Élida (Peloponeso), era un santuario consagrado a los dioses del Olimpo, especialmente a Zeus Olímpico, un complejo a la vez religioso, cívico y deportivo, con varios templos, un estadio, un gimnasio, una palestra y un hipódromo.
El origen de los Juegos Olímpicos se pierde en la oscuridad de los tiempos de los héroes. Según el mito quién estableció por primera vez los Juegos a Olimpia fue un héroe que llegó a Pisa, donde reinaba Enómao. Enómao no quería casar su hija Hipodamia debido a un oráculo según el cual su yerno lo mataría. Aún así la belleza de Hipodamia atraía muchos jóvenes deseosos de tomarla en matrimonio y, para evitar que se casaran, los desafiaba a una cursa de carros con tal que, si vencían, les otorgaría la mano de su hija pero que, si perdían, serían ejecutados.